lunes, 2 de marzo de 2015

Polaris


En sus sueños siempre hacía un tiempo de perros, nunca mejoraba, todo era blanco, vacío, carente de todo. Una nada parecía inundar el espacio y sonaba una melodía infernal, con acordes de calaveras y ruidos chirriantes de arcos rasgando las cuerdas de mil guitarras.

Sus sueños siempre traían imágenes de supermercados fríos y reponedores difusos. Ella quería correr, pero siempre era la misma escena, SIEMPRE, un borroso dibujo en una pizarra que han intentado borrar pero aún puede verse.

Ese día algo cambió, encontró una puerta en medio de tanta blancura y al abrirla todo parecía distinto. Había un sol azul y un río verde, hermosos campos amarillos llegaban hasta un lago en el que había una balsa mecida por la brisa.

Se despertó asustada, temerosa, repitiendo una palabra en su confusa mente, Polaris, Polaris, Polaris...

Al abrir los ojos la sala volvía a ser de un blanco inmaculado, intentó volver a conciliar el sueño a pesar de que la claridad inundaba toda la estancia. Cerró los ojos y todo quedó a oscuras, Madrid ardía a lo lejos y era muerte, el fuego o y el yermo se apoderaban de cuanto conocía.

Polaris, Polaris, Polaris... si no voy, si no voy....

Ellos no entendían que sus sueños eran reales, que si no iba a Polaris todo acabaría. ¡Era tan fácil de evitar aquello! Pero cada vez que lo mencionaba hacían que durmiera, impidiendo su huída, que evitaría la catástrofe.

Aquella tarde tenía sangre en las manos y no sabía de dónde venía, los sueños se habían vuelto cada vez más intensos, ya nunca había claridad, solo aullidos y sollozos, solo el humo y los fuegos en todas partes de la ciudad. Es posible que hubiera intentado escapar, no quería que su final fuera entre aquellas paredes blancas con olor a lejía y productos químicos.


Un momento de cordura se apoderó de su mente –que era la mía– intentado averiguar cómo había acabado aquí, el ataque de pánico en aquel pasillo inmenso del supermercado. ¿Cuando habían empezado los sueños? ¿Qué era Polaris? Y mientras la lucidez volvía momentáneamente entendí que la sangre era mía, nunca iría a Polaris, no saldría de aquel lugar mientras los sueños no cesasen, mientras no dejara de herirme a mí misma, de arañarme, de arrancarme el pelo, antes largo y castaño, el mismo que me estaban cortando en ese momento.

_________
Bajo la premisa de terminar el relato con: "me estaban cortando el pelo"
Diciembre 2014
_____________________

Yavannna

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Design by Studio Mommy (© Copyright 2015)